Rentabilidad por dividendo: el falso amigo de la inversión
La rentabilidad que nos da una acción suele captar gran parte de nuestra atención, especialmente cuando empezamos a invertir. Pero suele existir un motivo detrás por el cual tiene esa rentabilidad, lo que nos puede salir caro a largo plazo si no le prestamos atención.
Para empezar, definiremos la rentabilidad del dividendo (o Yield) como los pagos que recibimos como accionistas cuando tenemos en propiedad una compañía.
Simplificando el origen del pago sería algo como nuestra pieza del pastel de los beneficios que ha generado la empresa durante el ejercicio anterior (ya sea anual, semianual, trimestral o mensual).
Una vez tenemos claro este concepto y partiendo de que parte de los beneficios, es importante relacionar esta medida con otras variables para ponerla en contexto:
- Beneficio por Acción (BPA o EPS en inglés): la empresa tiene que generar los dividendos que paga.
- Ratio de Reparto (Payout Ratio): muestra la seguridad en la sostenibilidad del pago en el tiempo, si paga más del 100% no lo podrá mantener sin deuda y si es inferior al 60% tiene margen para incrementarlo.
- Flujos de Caja Operativos (FFO): capacidad para hacer frente al pago con sus propios recursos, esto es una muestra de salud en sus cuentas porque no tendrá que asumir nueva deuda para pagarlo en el momento del reparto.
- Crecimiento del Dividendo (5/10/20 años) Este indicador nos muestra el recorrido que ha llevado en el pasado, cuánto de importante es la seguridad en el pago y qué hace la empresa cuando tiene dificultades.
Os pongo un ejemplo práctico de lo comentado en el sector de la Energía (Utilities, Petróleo, Distribución).
En el siguiente gráfico tenemos el crecimiento del valor de cuatro empresas del sector, incluyendo dividendos distribuidos podemos observar el comportamiento de los últimos 5 años.
Podemos observar lo siguiente:
- 195% Crecimiento. Next Era Energy (NEE). Dividendo: 1,8%.
- 75% Crecimiento. Public Service Enterprise Group (PEG). Dividendo: 3,3%.
- 44% Crecimiento. Enbridge (ENB). Dividendo: 8,2%.
- 57% Crecimiento. Exxon Mobil (XOM). Dividendo: 9.6%.
La comparativa de las cuatro compañías, aunque comparten sector se puede ver afectada por la composición de cada una de las líneas de negocio, como es Exxon Mobil más orientado a Petróleo o Next Era a renovables, lo que puede afectar a los márgenes y el crecimiento del mercado, sin embargo no debería afectar a su reparto de dividendos.
Sin embargo hay un activo clave y es la gestión del valor generado, en el caso de Exxon y Enbridge son modelos de negocio estables, que ofrecen rentabilidades mayores como atractivo presente, sin embargo no tienen mucha senda de crecimiento cuando las comparamos a 5 años, de forma que la inversión no resulta tan atractiva.
Este punto es clave si somos un inversor en dividendos, pues la recompensa presente, aunque atractiva no es necesariamente nuestra meta final, que es tener flujos de ingresos suficientes, estables y crecientes en el tiempo. Por ello encontrar un equilibrio entre rendimientos atractivos y potencial de crecimiento debe ser una prioridad.
Os pongo otro ejemplo, que tal si miramos el comportamiento de Apple durante los últimos años, en la actualidad su dividendo es de apenas el 0,7%, sin embargo si hubiésemos entrado a comienzos de 2019 nuestra rentabilidad sobre la inversión (cotizaba a 38$) será superior al 2,1%. Si retrocedemos a 2016 nuestra rentabilidad actual sería ya del 5,1%.
En consecuencia hay que estar atento al valor que hay detrás de ese rendimiento, mirar con perspectiva ese modelo de negocio y concluir si realmente tiene crecimiento y qué margen lo puede llegar a hacer atractivo para nuestra cartera.
El rendimiento presente no es garantía de que lo sea en el futuro y eso es clave para tomar una decisión de inversión en el largo plazo.
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